miércoles, 1 de julio de 2009

Influencia de contexto histórico sobre El David de Miguel Ángel


El pensamiento medieval, anterior al renacimiento, era completamente adverso a mostrar la desnudez del cuerpo humano tal como aparece caracterizado El David de Miguel Ángel, pues partían de la ideología de que: el cuerpo es un espacio habitado por el verdadero yo, el yo identificado con el alma y el espíritu (receptáculo o prisión dentro del yo trascedente e inmortal), rechazando la corporeidad, y elevando el sufrimiento y la devoción para acceder a lo divino (elevación).

El pensamiento de la cultura medieval se fundamentaba en la cosmovisión católica-cristiana que dominaba antes del Renacimiento, se relacionaba al cuerpo como símbolo de la humillación y el pecado, por lo tanto referente al diablo y al infierno, en contraste con el alma, que se le otorgaba una significación divina. Ésta dualidad explica la visión del cristianismo de la lucha que se manifiesta entre el bien y el mal.

La desnudez y la carnalidad tenían una connotación de vulnerabilidad, tentación, sufrimiento, muerte, vergüenza, vileza, impureza, lujuria y suciedad del alma, por lo tanto la desnudez era solo aceptable en el ámbito privado de la vida de cada hombre y mujer, y no era bien vista ser mostrada ante el público y mucho menos era aceptado que se representará con tal naturalidad en las obras artísticas, una de las razones por las que Tom Flynn afirma que el David fue apedreado, ya que la desnudez era considerada ofensiva, hasta que se agrego a la escultura una hoja de parra, situación que vemos una vez más en la capilla Sixtina, donde se le añadió a las pinturas de Miguel Ángel una serie de elementos que cubrieran la desnudez de los personajes pintados.

Era por lo tanto la desnudez de el David de Miguel Ángel, una expresión que iba en contra del pensamiento medieval, sin embargo la desnudez de la escultura estaba respondiendo a los cambios socio-políticos que estaban ocurriendo especialmente en Italia, donde se manifestaba una sociedad más dinámica, debido al poder del comercio y de la naciente sociedad burguesa, que permitía a los individuos acceder a libertades antes inconcebibles y una emancipación de la monarquía y la iglesia debido al poder económico que se había adquirido. Se encontraban por un lado frente al naciente Capitalismo en su etapa del Mercantilismo, mientras que por el otro a la filosofía del Renacimiento de una tendencia antropocéntrica conocida como Humanismo, la cual basaba su desarrollo en la recuperación de los conceptos grecorromanos de la antigüedad y retomaba los concepciones vitales e intelectuales de la cultura de los griegos y romanos, Rosa Ma. Letts afirma que en el Renacimiento “el hombre deja de ser el humilde observador de la grandeza divina, y adquiere la categoría de una expresión orgullosa del propio Dios, su heredero natural en la Tierra” .

En el Renacimiento que algunos especialistas lo consideran como “una corriente artística iniciada en Italia en el año de 1420, que tenía en el pensamiento y el arte clásicos su principal modelo”, aunque la palabra renacimiento fue utilizada por Giorgio Vasari, pintor y crítico de arte, que le otorgaba un uso para designar las transformaciones que habían resentido las artes plásticas italianas desde el siglo XVI, posteriormente, Jules Michelet empleo la expresión renacimiento para referirse a las manifestaciones culturales de la corte de Francisco I, y finalmente Jacobo Burckhardt extendió el significado para designar los cambios en Europa que dieran paso a la Edad Moderna. Lo cierto es que dentro de éste tiempo se adquiere una nueva visión del mundo, donde se revalora lo físico, se retoma el arquetipo del cuerpo humano, la estructura de modelos en las formas, proporciones y medidas, reconsiderando la imagen del hombre, que gira hacia el pensamiento que es a imagen y semejanza de Dios mismo, por lo cual el hombre al ser la obra perfecta de Dios no puede tener connotada la negatividad, retornando así a la idea de Protágoras de que “el hombre, es la medida de de todas las cosas”.

El valor que se le otorgó al hombre y al cuerpo humano, influyó por lo tanto innegablemente en que Miguel Ángel, para que haya retomado la figura del efebo desnudo en la representación escultórica de David, pues el efebo mostrando su cuerpo despojado de atavíos, era un ícono representativo de la escultura griega. Fue el resurgimiento del desnudo una manifestación tanto en la pintura como en la escultura del período renacentista, más ahora el significado de la desnudez versaba sobre la naturalidad y realidad del hombre, considerando la ropa como meramente decorativa.

La representación de, El David de Miguel Ángel, por lo tanto va a ser producto y respuesta de los cambios sociales, políticos e ideológicos que estaban ocurriendo en Italia.

En suma tanto los aspectos del pasado artístico griego-romano, como los factores históricos, económicos, políticos, sociales e ideológicos que se vivían en Italia aunados a la filosofía del Renacimiento, son los que permiten que Miguel Ángel pueda materializar la idea de El David, para crear su escultura con las características propias de dicha obra, distinta a las representaciones artísticas que se habían hecho del personaje, dándole una personalidad única.

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